La Unión Europea ha decidido tomar medidas drásticas contra los coches eléctricos fabricados en China, imponiendo aranceles que van del 17% al 38% a partir de julio de 2024.
Esta decisión se debe a la preocupación de que los fabricantes chinos, apoyados por subsidios estatales, están inundando el mercado europeo con vehículos a precios demasiado bajos, lo que crea una competencia desleal para los productores europeos. Algo que no está exento de polémicas.
Adiós a los coches eléctricos: van a ser carísimos
La Comisión Europea ha establecido que los aranceles variarán según el fabricante. Por ejemplo:
- BYD tendrá un arancel del 17,4%.
- Geely, que incluye marcas como Volvo, Smart y Polestar, enfrentará un arancel del 20%.
- SAIC, que incluye MG, se enfrentará al arancel más alto, del 38,1%.
No se salva nadie. Para los fabricantes que no participaron directamente en la investigación, pero que se benefician de condiciones similares, el arancel general será del 21%.
Impacto en los precios
Estos aranceles tendrán un impacto significativo en los precios de los coches eléctricos chinos en el mercado europeo. Por ejemplo, un coche como el BYD Atto 3, cuyo precio base es de aproximadamente 37,990 euros, verá su precio incrementado alrededor de 44,600 euros con el arancel del 17,4%. Para los modelos de Geely y SAIC, los aumentos serán aún más pronunciados, haciendo que los coches eléctricos chinos sean mucho menos competitivos si los comparamos con los europeos.
Pero… ¿Por qué?
Se trata de justicia. La UE justifica estos aranceles como una medida necesaria para proteger a sus fabricantes de una competencia que considera injusta debido a los subsidios masivos que el gobierno chino otorga a sus empresas de automóviles eléctricos.
Estos subsidios permiten a los fabricantes chinos vender vehículos a precios mucho más bajos que los que pueden ofrecer las empresas europeas, cuyos costos de producción son más altos debido a que los sueldos y precio de la energía también lo son.
¿Cómo afectará esto en el futuro?
Esta medida no solo afectará a los consumidores y fabricantes europeos, sino que también podría desencadenar represalias por parte de China. Beijing ya ha anunciado su intención de tomar medidas en otros sectores, como la agricultura y la aviación, en respuesta a estos aranceles. Esperemos que la cosa no vaya a más.
Por su parte, los fabricantes de coches eléctricos europeos que tienen una presencia significativa en el mercado chino, como Volkswagen y BMW, podrían verse perjudicados si China decide subir más los aranceles de sus productos.
A largo plazo, si la Comisión Europea no da marcha atrás en el próximo mes de noviembre, estos aranceles podrían convertirse en permanentes y aplicarse durante al menos 5 años. No obstante, las empresas afectadas tienen la opción de solicitar revisiones o incluso impugnar la decisión ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Todo, por tanto, está por ver.
La imposición de aranceles a los coches eléctricos chinos por parte de la UE representa un cambio significativo en la política comercial y podría redefinir las relaciones comerciales entre Europa y China.
Esta medida busca proteger la industria automovilística europea, pero también puede llevar a un aumento considerable de los precios de los coches eléctricos importados de China, afectando tanto a consumidores como a fabricantes a nivel global.
Se trata, por tanto, de una medida que está generando y va a general una gran polémica. Más aún en un mundo donde se pide a los consumidores que protejan el medio ambiente con medidas como, precisamente, la compra de este tipo de vehículos.