El motor de hidrógeno no es el futuro, pero tampoco lo es el eléctrico. Aparece un nuevo combustible desconocido en España (al menos no en el sector transporte). La descarbonización es uno de los objetivos mayoritarios a nivel mundial, razón por la que muchas marcas ya tienen o tienen planes de tener coches eléctricos de batería. Actualmente, es la solución más fácil de implementar a corto plazo.
Se trata de una tecnología que ya existe y está lista para su uso. Pero esto no significa que tenga que ser la única. El hidrógeno para las pilas de combustible o los e-fuels son otras dos grandes posibilidades dado el contexto. Lo que busca la humanidad después de dedicar varios años a los combustibles fósiles es encontrar un combustible más compasivo con el medio ambiente, pero que no contamine tanto.
Si puede no contaminar nada mejor, pero si lo hace que sea en unos niveles mucho más bajos de los registrados hasta ahora con los fósiles. Así es como están llegando investigaciones acerca de un combustible impensado para la movilidad, pero que podría ser justo lo que estamos buscando.
¿Adiós al hidrógeno? Este combustible puede hundir su llegada al mercado
El amoníaco es otra de las opciones que se contemplan en el mercado, aunque hasta ahora se lo ha visto más como un producto de limpieza. Las investigaciones actuales no están centradas de manera única en el automóvil, sino en el uso en todo tipo de transportes, especialmente aquellos para los que el uso de baterías no resulta viable, como los grandes barcos o camiones.
Una molécula amoníaco atesora tres átomos de hidrógeno y uno de nitrógeno (NH3), por lo que es inflamable, pero no fácil de encender. Hasta el momento presente, para compensar su déficit de ignición, el agregado era gasolina. Pero si lo que buscamos es que sea un carburante limpio, esta opción no será viable.
Hace poco, la Universidad Sophia de Tokio ha estado haciendo experimentos para que el amoníaco arda eficazmente en la cámara de combustión de un motor sin el añadido de fósiles. Las primeras pruebas han tenido buenos resultados. Su investigación tuvo el foco principal en el desarrollo de motores: aumentar el remolino en la admisión para mejorar la eficiencia de la combustión.
Desde 2019, este equipo se focalizado en los puertos de admisión para realizar una mejora en la mezcla antes de que llegue a la cámara de combustión a través de un remolino. Mezclar el combustible y el aire produce las mismas ventajas de eficiencia en un motor de combustión interna, independientemente de que el combustible sea amoníaco, gasolina, gasóleo u otro.
Este combustible hunde al hidrógeno: puede ser el futuro
Lo que se pretende con este estudio es evaluar el vínculo entre el sistema de admisión del motor y el flujo de gases dentro de los cilindros. Resulta en un ‘remolino’ que describa la manera en la que el aire y el combustible crean un vórtice mezclador homogéneo de los dos. De esta manera, la combustión es mejor y las emisiones disminuyen.
Optimizando las condiciones de mezcla aire-combustible para una combustión eficiente del amoníaco, esta investigación es un avance hacia la viabilidad de vehículos que funcionen con amoníaco. En el estudio salió a la luz que un diseño llamado puerto helicoidal generaba un óptimo efecto remolino. Por otra parte, hubo otro diseño tangencial en el que se debía trabajar más en el tamaño de la abertura del puerto de admisión para conseguir el efecto buscado.
Representa un progreso considerable para el uso del amoniaco como combustible, ya que busca eliminar varios de sus problemas más importantes.