Un nuevo motor aparece en escena y deja fuera de juego al hidrógeno, el amoníaco y los modelos eléctricos. Utiliza un combustible con vida propia que sorprende al mundo entero. La urgencia de la transición hacia un mundo con energía limpia es el eje central de los acuerdos climáticos internacionales. Diferentes países ya “pelean” por alcanzar las emisiones cero adoptando nuevas formas de abastecimiento energético.
Recurrir a los combustibles fósiles con la misma cotidianeidad que lo hacíamos antes ya no es posible debido a su alta huella ambiental. La emisión de gases contaminantes de su quema ha provocado un avance descontrolado del calentamiento global y el cambio climático. Las consecuencias son palpables en varias zonas del planeta ya irreconocibles debido a los cambios que ha sufrido su entorno.
Pero las consecuencias negativas no solo afectan al medio ambiente, sino también a la vida del ser humano, que requiere de varios activos naturales para subsistir como el cada vez más escaso aire limpio. En esta búsqueda global de nuevos combustibles, han aparecido varias propuestas con sus correspondientes motores, ya que uno de los sectores que más afecta al entorno es el del transporte.
Este nuevo motor utiliza un combustible diferente a todo lo que hemos visto
El nuevo diésel de biomasa es la alternativa al motor eléctrico en camiones. Un proceso de síntesis que consiente la producción de un combustible llamado HyFiT, creado a partir de biomasa o dióxido de carbono. Puede emplearse en motores de combustión tradicionales.
Un grupo de investigadores del Instituto Max Planck de Conversión de Energía Química, la Universidad RWTH de Aquisgrán y la Escuela Politécnica Federal de Zúrich han realizado una combinación de proceso que la industria química ya usa en varios campos para fomentar los combustibles sintéticos en el transporte de mercancías pesadas.
Se busca que los camiones puedan seguir ejerciendo su labor de manera más respetuosa con el medio ambiente, por lo que se están creando varias tecnologías, entre las que se incluyen no solo motores eléctricos con batería, sino también combustibles sintéticos. Cabe destacar que los camiones eléctricos cuentan con una huella de carbono especialmente baja en función de la combinación de electricidad.
No obstante, las baterías son grandes y pesadas, sobre todo si una carga dura supera los 500 km. En este contexto, los combustibles sintéticos cuentan con una amplia ventaja. Otro aspecto favorable para ellos es que pueden utilizarse en los vehículos actuales y con la infraestructura de repostaje que ya existe, algo que es muy relevante en países que no dispondrán de una infraestructura de carga en un futuro próximo.
Bajo estas circunstancias, hay muchas preguntas sobre qué sustancias son las más adecuadas para un repostaje respetuoso con el entorno y cómo pueden generarse de manera más eficiente. El equipo dio respuesta a este interrogante en un estudio difundido en Nature Energy.
Combustible con vida propia: este nuevo motor sorprende
Los investigadores expusieron en la revista científica una ruta de síntesis que hace posible la producción selecta de varias mezclas de diésel sintético, o sea, de hidrocarburos puros, a los que también se denomina alcanos, y alcoholes de cadena larga.
Después, el equipo hizo pruebas para determinar qué mezcla se quemaba de forma más limpia y se adaptaba mejor a los motores existentes. Al utilizar biomasa para producir el combustible, en determinadas condiciones, la cantidad de CO2 emitida durante su proceso de producción y posterior uso es tan baja como la que presentaría un camión propulsado por batería.
Asimismo, la evaluación del ciclo total de los combustibles sintéticos también puede compararse a la del funcionamiento con batería. Además, el combustible HyFiT puede adaptarse para que su combustión genere menos partículas finas y óxidos de nitrógeno que un diésel que cumple la futura norma Euro 7, según informó el Instituto Max Planck vía comunicado. En definitiva, este nuevo motor utiliza un combustible con vida propia que no pasa ni pasará inadvertido.