España asume una bajada masiva de las pensiones con tres cifras menos para un determinado grupo de personas. La Seguridad Social reconoce diversas prestaciones a los ciudadanos/as que las solicitan cuando cumplen con los requisitos estipulados por la ley. Existen dos tipos de pensiones: contributivas y no contributivas. La principal diferencia entre ellas es que las contributivas se otorgan en base a la edad y al tiempo que el trabajador o la trabajadora ha cotizado.
Se conceden tras acreditar un período mínimo de cotización (en determinados casos), y cuando se cumplan con el resto de los requisitos fijados por la ley. El importe a recibir se calcula en función de las aportaciones del ciudadano/a y el empresario (cuando hablamos de trabajadores por cuenta ajena).
Por otra parte, las no contributivas se destinan a las personas que no han cotizado el tiempo suficiente o que padecen algún tipo de carencia, como el no tener recursos suficientes para subsistir. No están basadas en el tiempo cotizado, por lo que pueda solicitar cualquier usuario que no tenga derecho a una pensión contributiva y sí cumplan con otros requisitos, como residir en España y tener ingresos moderados.
España baja masivamente sus pensiones: las últimas noticias no son alentadoras
Los ciudadanos/as que reciben una pensión no contributiva (PNC) deben estar muy alerta porque la Seguridad Social ha intensificado su control sobre los requisitos necesarios para obtener más dinero en cada mensualidad. Desde la Tesorería General de la Seguridad se han fijado unos parámetros para estipular la cuantía final de estos subsidios en función del resto de los ingresos que reciben los beneficiarios/as. Esto puede tener como consecuencia que la pensión final disminuya al mínimo.
La pensión no contributiva es una prestación económica destinada a aquellos ciudadanos/as que, por no haber cotizado lo suficiente o no haberlo hecho nunca en la Seguridad Social, no tienen derecho a la recepción de una pensión contributiva. Es una medida de protección social que asegura un nivel mínimo de ingresos para las personas mayores y con discapacidad expuestas a situaciones de vulnerabilidad económica.
La cuantía que recibe una persona que cobra una pensión no contributiva dependerá de las rentas del beneficiario y la unidad de convivencia, un cálculo que lleva a que los beneficiarios/as obtengan el mínimo si así lo determina la Seguridad Social. La pensión mínima está fijada en los 129,48 euros, un número que va subiendo en función del nivel del resto de ingresos, aunque el importe íntegro se fija en los 517,90 euros mensuales.
El sistema es así porque la ayuda va destinada a los ciudadanos/as que tengan ingresos mínimos mensuales, por lo que la cuantía recibida por parte del Estado se ajusta en función de las necesidades del beneficiario/a.
Bajada masiva en las pensiones de España: esto es lo que pasa con la PNC
Pese a que se ha fijado el mínimo en 517 euros, si los receptores de las pensiones no contributivas cuentan con más ingresos, la cuantía de su pensión puede reducirse según recoge el artículo 14 del Real Decreto 357/1991. Se deducen los ingresos anuales del beneficiario de la cuantía de la pensión y, si los ingresos totales de la unidad económica sobrepasan el límite de acumulación de recursos, la pensión se ajustará para no superarlo.
El importe mínimo siempre será el 25% de la cuantía base, o sea, 129,48 euros mensuales (1.812,72 euros anuales). La Seguridad Social hará ajustes en la cuantía de la pensión no contributiva de jubilación o invalidez si se cuenta con más ingresos de lo esperado. El ajuste no es inmediato, ya que la revisión se hace a final de año.
Durante el primer trimestre del año, todos los beneficiarios/as de estas prestaciones en España deben presentar una declaración anual de rentas para comprobar su continúan cumpliendo con los requisitos o es necesario ajustar la cuantía de las pensiones.