En los últimos años, la factura de la luz ha estado dando más de un “quebradero de cabeza” a muchas personas. Este mismo pasado mes de abril hubo novedades sobre el mercado eléctrico con una caída importante en los precios de la electricidad. Sin embargo, esta caída no se ha visto reflejada en las facturas de la luz, para pesar de muchos.
Algo que ha enfadado y generado desconcierto en gran parte de la sociedad. Esta situación se debe a que muchas empresas proveedoras mantienen las tarifas altas que se fijaron durante los picos anteriores de la crisis energética.
¿De qué depende la factura de la luz?
Para entender un poco mejor todo este desconcierto, es necesario tener dos conceptos clave claros. El mercado eléctrico se estructura en dos niveles: el mayorista y el minorista. En el mercado mayorista, las compañías generadoras venden electricidad a las distribuidoras a través de un sistema de precio marginal. Esto significa que el precio de la última unidad de electricidad determina el precio para todas las demás.
¿Qué factores influyen en esto? Factores como la alta demanda o los elevados precios de producción, tales como el precio del gas natural o los permisos de emisión de CO2, pueden incrementar los precios al por mayor. Y todo esto acaba impactando de lleno al consumidor final.
Aunque el mercado mayorista ha experimentado una reducción en los precios, las tarifas en el mercado minorista, donde los consumidores adquieren su electricidad, no siempre reflejan esta baja. Las tarifas en los contratos entre consumidores y proveedores a menudo no se ajustan automáticamente a las fluctuaciones del mercado mayorista, lo que puede resultar en precios inflados para los consumidores finales.
¿Cómo se puede solucionar esto?
Existen varias maneras de solucionar este “mal trago”. Una entra por negocio y otra por volver al mercado regulado. Veámoslo en detalle:
Negociar:
Los consumidores tienen la opción de negociar directamente con sus proveedores las condiciones de sus contratos. Esto puede ser efectivo cuando hay fluctuaciones en los precios del mercado mayorista. Si los precios han disminuido, los consumidores pueden aprovechar esta situación para intentar reducir sus tarifas.
Buscar y comparar ofertas de diferentes proveedores permite encontrar tarifas mucho más competitivas y adaptadas a cada perfil de cliente. Más aún cuando, hoy por hoy, no existe una sola empresa de electricidad. Es importante comparar no solo los precios, sino también otros términos del contrato como duración, penalizaciones por cancelación y calidad del servicio al cliente.
Regreso al mercado regulado:
Es importante tener en cuenta el Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC). Este es un sistema de tarifas regulado por el gobierno español, diseñado principalmente para consumidores domésticos. En el PVPC, los precios de la electricidad se ajustan cada hora según los precios del mercado mayorista.
Esto significa que los consumidores en este esquema pueden beneficiarse de las reducciones de precios más rápidamente que aquellos en tarifas fijas o con otros tipos de ajustes de precio. Cambiar al PVPC puede ser una buena estrategia si los análisis indican que los precios mayoristas seguirán disminuyendo o se mantendrán bajos. Sin embargo, también expone a los consumidores a la volatilidad del mercado, lo cual puede ser un riesgo si los precios aumentan súbitamente.
Es esencial que los consumidores estén bien informados sobre cómo se estructuran y aplican las tarifas de electricidad. Solo entendiendo estos mecanismos es como se puede ayudar a evitar precios excesivos. Además, entendiendo cómo funcionan también se pueden tomar decisiones más informadas que se alineen con las necesidades de consumo con opciones de tarifas mucho más económicas y equitativas para todos. Un forma de pagar menos por lo que debería tambien, costar menos.