La Isla de Buda fue creada en el siglo XVIII y, aunque esto pueda darte una idea de cómo es, seguramente sea equivocada. España es uno de los destinos de vacaciones más elegidos por muchas razones. Sus playas cristalinas de bandera azul, sus extraordinarias condiciones climáticas durante todo el año y su ambiente histórico hechizan al turista, pero lo que pasa con la isla de Buda está por encima de todo.
España es un país oceánico templado que atesora grandes bellezas naturales. Su entorno natural y su hábitat están cuidadosamente protegidos y asegurados por los parques naturales. Un tesoro que atrae a los amantes de la naturaleza, conformando el territorio nacional con el lugar perfecto para disfrutar de unas vacaciones variadas. Por un lado, se puede disfrutar de algunos destinos de playa y, por otro, de zonas cargadas de vistas memorables.
Otro de los puntos fuertes de España es su historia. Ha sido la patria de muchas civilizaciones: fenicios, romanos, visigodos, omeyas andaluces… Hoy en día, existen varios parajes que son visita obligada al pasar por nuestro país, aunque también tiene zonas algo más desconocidas como es el caso de la isla de Buda, un rincón que tiene mucho que contar.
Qué es la isla de Buda y en qué parte de España está
La isla de Buda se trata del humedal mejor conservado de Cataluña y todo el Mediterráneo Peninsular. De hecho, es la isla más grande de Cataluña. Su acceso solo es posible mediante la propuesta de turismo rural en la Masia Rural de la isla.
La formación de este espacio comenzó a partir del siglo XVIII. Durante 200 años, fue creciendo mucho pasando de 30 jornales hasta sobrepasar los 5.000 a principios del siglo XX. A partir del año 1950, la isla fue retrocediendo tan rápido como hasta ahora.
El turismo rural con alojamiento privado situado en el interior de la isla es la mejor manera de visitarla. Optar por esta alternativa permite vivir una experiencia exclusiva, dado que solo alberga una capacidad de entre 15 y 26 personas.
La masía es el edificio principal de la isla, considerada una de las más antiguas del Delta. De estilo valenciano, fue construida a finales del siglo XIX. Actualmente, luce con un aspecto restaurado y es una de las mejores casas rurales de la zona, ofreciendo la posibilidad de observar el interior de la isla.
¿Qué hay en la isla de Buda?
La isla de Buda es un lugar asombrosamente diferente a cualquier destino de vacaciones en el que hayas estado antes. Estas son sus principales características:
- Infraestructura antigua. Sus edificios, casas y hasta la masía rural tienen una antigüedad de entre 60 y 70 años. Con tan solo pasar por allí es posible vislumbrar cómo vivían los ciudadanos de aquellas épocas.
- Territorio y flora única. Tiene campos de arroz, caminos naturales, bosques de ribera, lagunas, calaixos y ¡mucho más! Todo el paisaje natural de la isla nos hace recordar las costumbres pasadas. Un viaje en el tiempo sin necesidad de máquina futurista alguna.
- Rica fauna salvaje. Un espacio natural no podría brillar en su máximo esplendor sin una exquisita fauna salvaje, como la variedad de tipos de aves salvajes que habitan en la isla de Buda. También habitan caballos singulares cuyo origen se remonta al Delta de la Camarga (La Camargue).
Por muy atractiva que sea la isla no está abierta al 100%, ya que es un espacio con acceso restringido. Se divide en dos partes.
- Parte privada. Pertenece a la sociedad mercantil ARGADEL, S.A.
- Parte pública. Gestionada por el Medio Ambiente mediante el Parque Natural del Delta del Ebro.
Puedes ver la isla de Buda sin entrar
Por otra parte, es posible ver la isla de Buda desde el exterior sin necesidad de entrar. Las opciones son el Mirador de Migjorn, el Mirador del Zigurat, la encima de un crucero turístico por el río Ebro y a través de una ruta con embarcación o con kayak por la Gola de Migjorn.
En definitiva, la isla de Buda es un espacio tan mágico como misterioso de España que es posible disfrutar desde su masía o, en parte, desde el exterior.